¿QUÉ SOY YO, POR QUÉ ESTOY AQUÍ, DE DÓNDE HE VENIDO Y A DÓNDE VOY?

¿Qué soy yo, por qué estoy aquí, de dónde he venido y a dónde voy?

Para encontrar las respuestas a esas interrogantes, puede haber muchas fuentes validas con un punto de vista diferente. No obstante, para este escrito se toma las «Escrituras Mesiánicas«[1]  psicografiadas, en esta época de la humanidad por Josefa Luque Álvarez, en colaboración con las Inteligencias superiores[2], llamándola “Escrituras Mesiánicas” por ser las obras literarias que describe en gran manera la orientación, enseñanza y el ejemplo, dejado por el Mesías de este planeta, en sus nueve personalidades humanas.

Veamos a continuación, algunos extractos del Libro “Moisés el Vidente del Sinaí” concerniente a lo que le responde el maestro Carmi, a Moisés a sus 12 años en la escuela familiar, al igual que a sus compañeros de clase Hur-Said y Aarón. El maestro Carmi, dio a comprenderles que las respuestas a esas interrogantes era conforme a la verdad que llegaron a descubrir y comprender en ese momento, los maestros del templo.

“¿Qué soy yo, por qué estoy aquí, de dónde he venido y a dónde voy?

“Esta pregunta se llevará toda la hora de clase y acaso no baste una sola clase. Oídme pues:

…”Cada ser inteligente de la humana especie, puede decir con toda verdad: “Yo soy uno y trino”, pues estoy compuesto de tres elementos sabiamente combinados y dispuestos por el Eterno Poder Creador. Primero, mi inteligencia que piensa, mi voluntad que ama, mi memoria que recuerda, son cualidades indelebles del primer elemento de mí ser. (el alma)

…Es invisible, indivisible e indestructible, porque surgió como una chispa de luz y fuego del Eterno Poder Creador, invisible, indivisible e indestructible, cualidades que sintetizamos en una sola frase, en una sola palabra, la más grande y formidable que puede pronunciar la voz humana: ¡Eterno!

“Quedamos pues en que el primer elemento que constituye el hombre (el alma) es también eterno como la fuente de donde procede…

“Al ser introducida la chispa viva (el alma) en los mundos adecuados, es revestida de los otros dos elementos de que está compuesto “el hombre”: una vestidura de fluidos etéreos gaseosos y magnéticos, primeramente, y éste es el segundo elemento de que está compuesto, el hombre. (cuerpo o vehículo, etérico o astral). Finalmente, la Eterna Ley le forma el tercer elemento que ha de permitirle la vida manifestada al exterior al cual llamamos «cuerpo físico», que viene a ser el instrumento de manifestaciones exteriores del principio inteligente, invisible, indivisible e indestructible o sea eterno como la Fuente, Luz, o Fuego que le dio vida.[3]

De esta forma, se puede deducir que los aspectos más resaltantes que explica el maestro Carmi es que la facultad de pensar, sentir y tener memoria son facultades del alma o sea del primer elemento de que está compuesto el ser humano, el cual se le conoce como “chispa divina”, ya que es emanación de su Yo Superior. Así como los rayos del sol son emanación del sol, pero no constituyen el sol, sino que son un reflejo del sol; de igual forma análoga, el hombre en su real esencia es un reflejo de su Yo Superior, Ego Superior o verdadera Alma.

Por lo tanto, él les dio a entender que el alma es emanación de su YO SUPERIOR, ella es espiritual, por consiguiente, es eterna; entendemos entonces, que lo espiritual es eterno y lo material es temporal.  Por eso, el maestro Carmi les enseñó que el primer elemento del ser es invisible, indivisible e indestructible; es ETERNO como la Fuente, Luz, o Fuego que le dio vida. Por consiguiente, las facultades de pensar, sentir y tener memoria son facultades espirituales y no materiales. No radican en la materia sino en el espíritu y son del espíritu.

Muchas corrientes filosóficas, esotéricas y metafísicas, representan esta Chispa Divina o principio inteligente del ser, radicado en la cámara secreta del corazón o en el plexo solar; y que la misma irradia rayos o llamas que representan sus atributos divinos,  de colores rojo (sentir, amar), amarillo (pensar, discernir), azul (poder, conciencia, memoria).

Ahora esa luz o chispa divina conocida como el alma, está rodeado primeramente por “fluidos etéreos gaseosos y magnéticos”[4] del material más refinado de los elementos fuego, aire, agua y tierra. A este revestimiento o envoltura se le conoce como cuerpo etérico o astral.  Es importante enfatizar bien este punto, para no entrar a confundir el alma con el cuerpo etérico o astral.  Así, como el conductor no es el auto y el auto no es el conductor, pero el auto necesita del conductor para andar y funcionar. De igual forma, el cuerpo etérico o astral es el vehículo que usa el alma o la chispa divina, para movilizarse en los planos etéricos y recordemos que para funcionar en el plano físico, se necesita del otro elemento que es el cuerpo físico.

Entonces del cuerpo físico podemos decir que, es el vehículo necesario para que el YO SUPERIOR pueda adquirir EXPERIENCIAS en el plano terrenal, a través de diversas personalidades que envía a la materia. También podemos decir que, el cuerpo físico viene a ser el instrumento o vehículo para alcanzar las experiencias necesarias en el plano físico, para el avance de la carrera evolutiva del espíritu.  Muy bien lo explicó el maestro Carmi en la continuación de su clase cuando dijo: “La segunda parte dice así: «¿Por qué estoy aquí, de dónde he venido, y a dónde voy?”

“De dónde habéis venido ya está dicho en mi explicación anterior: Chispa viva del Eterno Viviente en todo ser vivo que habita los mundos.

“Habéis venido de la Infinita inmensidad de Dios y hacia El vamos todos, en la infinita sucesión del tiempo. El cuerpo físico nace de una simiente como toda vida, crece, se manifiesta en múltiples formas, buenas, bellas, excelsas, o ruines, innobles, feas y malas, según el grado de comprensión y de progreso alcanzado en el correr de lentas edades. Llega a la juventud, a la edad madura, a la vejez y muere, se disgrega y se hace polvo. Todo lo que es materia sigue este proceso. Este es el fin del tercer elemento que constituye “al hombre”. (cuerpo físico)

“La destrucción o terminación de la vida material trae como ineludible consecuencia la libertad de los otros dos elementos constitutivos del hombre: La chispa divina o alma que es Inteligencia, Memoria y Voluntad, y su envoltura de fluidos, gaseosos y magnéticos o fuerza viva intermedia entre el alma y la materia física. (comúnmente llamado cuerpo astral o etérico).

“Debo añadir que el Eterno Poder Creador otorga a sus creaciones inteligentes, una amplísima libertad de acción cuando después de largas edades ha llegado a formar parte de la Especie Humana. Esta libertad es llamada Libre Albedrío, el cual hace al ser inteligente, responsable de sus actos.

“El que obra el bien, más pronto llega a su eterno y divino origen. La chispa vuelve al fuego que la produjo y vuelve agrandada, embellecida y purificada a través de una larga cadena de existencias físicas. El que obra mal tarda más tiempo en volver hacia la Eterna Fuerza que le dio vida y rueda a veces de mundo en mundo (planetas) cada vez más bajo hasta que el intenso padecer le hace abrazar la senda que ha de llevarle a su eterno origen”.[5]

Hasta este punto, también les dio a entender que el alma humana tiene diversas encarnaciones, que las puede cumplir en diferentes mundos y que indiscutiblemente está siempre en evolución por sus múltiples experiencias, de ensayo y error, de aciertos y desaciertos.  Dependiendo del uso de su libre albedrío, al utilizar la luz neutra universal con su pensar y sentir de acuerdo al grado de comprensión que tiene de la Ley del Amor, pues, su propia naturaleza. Por ello, tenemos el Gran Axioma para el buscador de la verdad “CONÓCETE A TI MISMO”.

Autor: Fraternidad Cristiana Universal Venezuela.

Referencias Bibliograficas:

[1] Moisés el vidente del Sinaí, capitulo Los caballeros Iberianos La Legión de Caballeros Iberianos tenían como base de sus estudios y estrella polar de su carrera idealista, el volu­minoso libro de las «Escrituras Mesiánicas» como ellos lla­maban a todo lo que se conservaba escrito de las seis encar­naciones del Mesías terrestre que habían transcurrido entre las rudas asperezas del deber cumplido y las glorias del amor hasta el sacrificio.

[2] Seres conocidos como maestros ascendidos o habitantes de las esferas superiores de Luz que han alcanzado su auto purificación y maestría.

[3] Moisés El Vidente del Sinaí, Capítulo “Los interrogantes de Osarsip”, página 46 editorial Alborada Cristiana, Bolivia.2009.

[4]  Moisés El Vidente del Sinaí, Capítulo “El Hierofante Isesi de Sais”, página 390 editorial Alborada Cristiana, Bolivia.2009.

[5] Moisés El Vidente del Sinaí, Capítulo “Los interrogantes de Osarsip”, pagina 46 editorial Alborada Cristiana, Bolivia.2009.